jueves, 23 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 9



Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 9. Diversidad de las formas


La primera escritura oficial pertenece a la dinastía Zhou y es la llamada “sigilar mayor” (大篆). Durante la época de los Reinos Combatientes, los usos se diversificaron, hasta la llegada de los príncipes de Qin, que compilaron en un manual 3.000 caracteres, de uso obligatorio para los escribas, redactado en sigilar menor o 小篆. La normalización se había conseguido con esto, pero la complejidad de los caracteres no permitía la rapidez. Esto se consiguió con el 隶属, “escritura de los escribas”, una escritura simplificada utilizada por los escribas y que poco a poco se convirtió en la forma de escritura más utilizada. Con la llegada de los Han al poder se creó una última normalización, con una escritura aún más eficaz (más rápida) y con un mayor equilibrio en la composición de los caracteres: es el 楷书 o “estilo regular”, que llega hasta nuestros días. Un paso más en la simplificación suponen el 草书 (“cursiva”) y el 行书 (“cursiva familiar”): en la cursiva, la simplificación llega a extremos de dificultar la comprensión y sólo suele ser usada por los calígrafos; la cursiva familiar es la que se suele utilizar en la vida cotidiana.

En cuanto al número y grafía de los caracteres, cuando se fundó la República Popular China todo el mundo esperaba que se realizara un ajuste: había sido lo habitual con los cambios de dinastías. Además, poner al alcance de todo el mundo el mismo catálogo de caracteres ayuda también a la unificación.

Aparte de esto, el gobierno de Mao Zedong puso en marcha también un plan para simplificar los caracteres. Tras dos años de investigaciones, el Comité para la Reforma de la Escritura, publicó las primeras listas, que aún serían revisadas varias veces hasta legar al listado de 151 caracteres simplificados y 54 elementos de carácter que deben ser modificados en los caracteres que los contengan: son, en total, unos 1.700 caracteres los afectados por la reforma.

Con estas dos medidas, se pretendía acabar con el analfabetismo en China, facilitando el aprendizaje de la lectura y la escritura. Los detractores de esta reforma argüían que el aprendizaje de esta modalidad de caracteres haría que la lectura de las obras clásicas quedara reservada únicamente a aquellos que conocieran los caracteres tradicionales, además de la pérdida de la riqueza etimológica de los caracteres afectados por la simplificación.

Una segunda simplificación tendría lugar en 1977, con una lista de 853 caracteres simplificados que se añadirían a los de la lista anterior, pero no llegó nunca a ponerse en marcha.

En la actualidad, en China continental no es legal el uso de las grafías tradicionales de forma regular, aunque se puede usar en monumentos históricos, nombres de familia, caligrafía… Los medios actuales también han permitido que chinos dominen una de las formas de escritura y puedan también leer o escribir más o menos bien la otra.

En cuanto a los dialectos de China, si bien de forma oral no son ininteligibles, el uso de una misma escritura facilita la comunicación. La cuestión resulta llamativa cuando nos planteamos la cuestión de la lectura: los niños cuya lengua materna no sea el mandarín y que, por tanto, aprenden a leer en la escuela en una lengua que no es la suya, ¿qué representación fónica establecen en su mente cuando leen? Otra cuestión sería la de la escritura: cuando existen en determinado dialecto palabras que no están en el inventario, los hablantes pueden optar bien por utilizar un carácter que esté documentado en un texto antiguo o bien crear uno nuevo, basándose en indicios fónicos: de cualquier forma, la redacción en dialectos es excepcional, por lo que es difícil establecer un patrón.

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