domingo, 19 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 7


Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 7. Palabras y técnicas llegadas de fuera


Con la llegada de la época moderna, la entrada de nuevas técnicas en China ha requerido la creación de nuevo léxico. Si la palabra se ha prestado fácilmente a la traducción, es esta la que ha prevalecido; en el caso de que no fuera posible, se opta por la transcripción fonética, utilizando caracteres vacíos de significado, únicamente por su pronunciación.

La elección de uno u otro sistema es objeto de controversia: los partidarios de la traducción esgrimen como argumento que el sistema fonético del chino (apenas 400 y pico sílabas) es demasiado limitado para admitir una transcripción eficiente. Además, y a pesar de los esfuerzos realizados para unificar criterios, cada traductor suele optar por un carácter diferente para la transcripción de determinado sonido, lo que puede generar confusión entre los receptores de los textos. Esto es especialmente grave en el caso de transcripción de nombres propios extranjeros: por poner un ejemplo, el nombre de Mendeliev (creador de la tabla periódica de los elementos químicos) está registrado hasta con veintiocho transcripciones diferentes.

Una opción sería la de realizar un silabario, una especie de “catálogo de caracteres frecuentes”, a los que se añadiría la pieza “口” para indicar que se trata de un carácter fonético, o un catálogo de sílabas con su carácter correspondiente, para unificar el sistema. Aunque ha habido tímidas iniciativas, ninguna de las propuestas ha sido puesta en marcha de forma activa.

De cualquier forma, la tendencia actual, recogida por el 现代汉语词典, diccionario de valor normativo, es la de traducir, para limitar y evitar los calcos fónicos, aún en el caso de palabras creadas por transcripción (维他命 por 维生素).

La opción de crear nuevos caracteres para la importación de estos nuevos conceptos no se ha puesto en práctica por chocar de frente con el rechazo del Estado. Esto, además de a criterios políticos (búsqueda de unidad por parte del Estado), obedece a cuestiones prácticas: el chino cuenta con 40.000 puntos de código en el sistema Unicode, para su uso internacional; crear nuevos caracteres que no contaran con Unicode limitaría su uso, ya que no podrían aparecer en soporte informático. Únicamente en el ámbito de la química se ha permitido la creación de nuevos caracteres.

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