lunes, 27 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 12


Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 12. ¿Por qué tantas quimeras?


Si la lengua china sólo difiere en las lenguas alfabéticas en su estructura y apariencia, pero está igual de estructurada y articulada que estas, y pone en marcha los mismos procesos cognitivos, lo que cabe preguntarse es, ¿por qué existen tantas construcciones imaginarias basadas en la lengua china? La mayoría de ellas se pueden explicar desde un concepto simple: han sido originadas partiendo de interpretaciones y análisis del carácter en sí mismo, pero no como una parte del texto en el que dicho carácter está inscrito, y partiendo de la base errónea de que la escritura china no está vinculada con sonidos.

Este carácter pretendidamente particular de la lengua encuentra su reflejo en algunas explicaciones científicas sobre el origen de la lengua china, que estaría en los jeroglíficos egipcios para unos, en la época prediluviana (Noé se habría retirado a China para construir el arca cuando Dios le informó del diluvio) para otros, y en “figuras cristianas” para los figuristas jesuitas (es decir, veían representaciones del cristianismo en los caracteres: el 三, por ejemplo, haría alusión a la Santísima Trinidad, ya que es un solo carácter compuesto de tres “personas”).

De todo esto, las dos ideas que aún siguen teniendo peso en la comunidad internacional, aún en publicaciones de corte científico, es la consideración de los caracteres como ideogramas o pictogramas. En rigor, una escritura ideográfica (escribir nociones) es incompatible con una escritura pictográfica (escritura a base de imágenes), pero esto no ha impedido que ambos términos se usen para describir los caracteres.

La lengua china no está compuesta por ideogramas, porque esto implicaría un acceso directo del signo a la idea, lo que no es cierto. Tampoco se puede hablar de pictogramas, porque esto significaría que simplemente viendo el dibujo se podría interpretar el significado, cuando hace falta un cierto “entrenamiento” para asociar claves a significados, y en absoluto existe la transparencia de un pictograma en un carácter. Tampoco son pictogramas en su origen: los textos más arcaicos no están compuestos por imágenes que cuentan historias, sino por frases que incluyen palabras, en un orden establecido por una gramática. No podemos olvidar que, en el momento en el que un signo gráfico se convierte en constitutivo de una escritura, pierde su valor como dibujo para pasar a ser parte de texto.

Además de esto, no hay que dejar de lado los elementos afectivos: descomponer los caracteres en sus partes más pequeñas puede resultar hermoso, en cierto sentido (“el carácter de descansar es un hombre bajo un árbol”), y ayudar a memorizar los caracteres. Ayuda también a establecer un vínculo entre escritura y origen del signo gráfico, algo muy buscando en todas las culturas, no sólo la china, y que está relacionado con la poca aceptación cultural que tiene el carácter de arbitrariedad del signo lingüístico. Sin embargo, no por nada de esto deja de ser una fantasía esta unión entre signo y significado.

Es cierto que existen claves que aportan información sobre el significado, pero no lo es menos que se hace un abuso de este tipo de claves, extrapolando siempre significado e ignorando que, en muchos casos, esa clave existe por razones fonéticas.

Para terminar, no podemos olvidar que ver un carácter no es leer, sino observar. Se ha demostrado que la escritura de caracteres con sentido produce la misma reacción neuronal que si se escribiera en una lengua alfabética, cosa que no ocurre cuando nos detenemos a mirar un carácter en particular. Sin embargo, esto último no es leer: leer implica hacer un recorrido, más o menos largo, y extraer su sentido. Una frase no puede ser al mismo tiempo texto e imagen, y esto que tan evidente parece aplicado a las lenguas alfabéticas debería aplicarse también a la lectura del chino.

sábado, 25 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulos 10 y 11


Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad


Capítulo 10. La caligrafía


Mientras que en occidente la caligrafía es una escritura más o menos bella, en chino implica escribir siguiendo determinadas reglas (书法). Todo texto puede ser caligrafiado, y toda caligrafía puede ser leída. La diferencia entre texto manuscrito y caligrafía estriba en la intención del escritor, su trabajo y el juicio del público: cualquier texto en chino puede ser juzgado como caligrafía, independientemente de su contenido.

Las obras caligráficas suelen ir siempre firmadas con nombre, fecha y, en ocasiones, con una dedicatoria. El valor de una caligrafía se establecía, en la antigüedad, por los sellos en color rojo que poseía; actualmente se establece por el valor que le dan otros calígrafos. Para valorar una caligrafía, se tiene en cuenta la calidad artística de la obra, pero también el aprecio a la moralidad y al valor intelectual del calígrafo.

Carácter e imagen se encuentran integrados en la caligrafía: entre lo que se considera como “pintura tradicional” y la caligrafía no existe una línea delimitante. Ambas comparten espacios en una misma obra, y se considera que un buen calígrafo debe tener talento para la pintura, y no se concibe pintor que no tenga una caligrafía hermosa.

La caligrafía ha sido usada también políticamente: reyes y emperadores de todas las dinastías han utilizado la caligrafía para ser regalada a sus huéspedes y visitantes, para impregnar con su nombre salas de otros mandatarios. La llegada al poder de los comunistas no cambió esta costumbre: nombres de periódicos o de centros públicos (universidades, bibliotecas…) han sido escritos por importantes políticos.


Capítulo 11. Cohabitaciones sin mezclas


La escritura china no destaca por su antigüedad, a pesar de los tópicos sobre este tema, aunque sí lo hace por su continuidad en el tiempo. El contacto con otras escrituras, las evoluciones fonológicas… nada ha hecho cambiar las estructuras básicas. Esto se encuentra también en la base del sentimiento identitario que une a los chinos con su escritura, pero no debe ser interpretado como una prueba del carácter cerrado de la lengua.

China no ha estado tampoco cerrada a los contactos con otros países: que fuera un país desconocido ha contribuido a esta imagen de “país cerrado”, pero no es cierto, como no lo es que la estabilidad de su escritura se deba a esta supuesta cerrazón.

Se han utilizado en China muchas y muy diferentes escrituras. Las religiones llevaron grafías de tipo sánscrito, la escritura siddham fue usada por los medios budistas de China hasta el siglo XV, las dinastías extranjeras Yuan y Qing impusieron en sus administraciones el mongol y el manchú, respectivamente, y los primeros incluso llegaron a crear una escritura que permitiera transcribir los sonidos de todos los pueblos bajo el control Yuan, el ‘Phags-pa (que contó con nulo éxito). Los comerciantes sogdianos, iraníes orientales… todos llevaban su propio sistema de escritura.

No hay que olvidar, ya en la actualidad, las escrituras de las minorías étnicas, como la mongola, la uigur, la india que se usa en el Tíbet, el caso de los Hui extendidos por toda China… El inglés también está cada vez más presente en rótulos públicos y en siglas de ciertas palabras que se importan al chino (DIY, DVD…).

 

jueves, 23 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 9



Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 9. Diversidad de las formas


La primera escritura oficial pertenece a la dinastía Zhou y es la llamada “sigilar mayor” (大篆). Durante la época de los Reinos Combatientes, los usos se diversificaron, hasta la llegada de los príncipes de Qin, que compilaron en un manual 3.000 caracteres, de uso obligatorio para los escribas, redactado en sigilar menor o 小篆. La normalización se había conseguido con esto, pero la complejidad de los caracteres no permitía la rapidez. Esto se consiguió con el 隶属, “escritura de los escribas”, una escritura simplificada utilizada por los escribas y que poco a poco se convirtió en la forma de escritura más utilizada. Con la llegada de los Han al poder se creó una última normalización, con una escritura aún más eficaz (más rápida) y con un mayor equilibrio en la composición de los caracteres: es el 楷书 o “estilo regular”, que llega hasta nuestros días. Un paso más en la simplificación suponen el 草书 (“cursiva”) y el 行书 (“cursiva familiar”): en la cursiva, la simplificación llega a extremos de dificultar la comprensión y sólo suele ser usada por los calígrafos; la cursiva familiar es la que se suele utilizar en la vida cotidiana.

En cuanto al número y grafía de los caracteres, cuando se fundó la República Popular China todo el mundo esperaba que se realizara un ajuste: había sido lo habitual con los cambios de dinastías. Además, poner al alcance de todo el mundo el mismo catálogo de caracteres ayuda también a la unificación.

Aparte de esto, el gobierno de Mao Zedong puso en marcha también un plan para simplificar los caracteres. Tras dos años de investigaciones, el Comité para la Reforma de la Escritura, publicó las primeras listas, que aún serían revisadas varias veces hasta legar al listado de 151 caracteres simplificados y 54 elementos de carácter que deben ser modificados en los caracteres que los contengan: son, en total, unos 1.700 caracteres los afectados por la reforma.

Con estas dos medidas, se pretendía acabar con el analfabetismo en China, facilitando el aprendizaje de la lectura y la escritura. Los detractores de esta reforma argüían que el aprendizaje de esta modalidad de caracteres haría que la lectura de las obras clásicas quedara reservada únicamente a aquellos que conocieran los caracteres tradicionales, además de la pérdida de la riqueza etimológica de los caracteres afectados por la simplificación.

Una segunda simplificación tendría lugar en 1977, con una lista de 853 caracteres simplificados que se añadirían a los de la lista anterior, pero no llegó nunca a ponerse en marcha.

En la actualidad, en China continental no es legal el uso de las grafías tradicionales de forma regular, aunque se puede usar en monumentos históricos, nombres de familia, caligrafía… Los medios actuales también han permitido que chinos dominen una de las formas de escritura y puedan también leer o escribir más o menos bien la otra.

En cuanto a los dialectos de China, si bien de forma oral no son ininteligibles, el uso de una misma escritura facilita la comunicación. La cuestión resulta llamativa cuando nos planteamos la cuestión de la lectura: los niños cuya lengua materna no sea el mandarín y que, por tanto, aprenden a leer en la escuela en una lengua que no es la suya, ¿qué representación fónica establecen en su mente cuando leen? Otra cuestión sería la de la escritura: cuando existen en determinado dialecto palabras que no están en el inventario, los hablantes pueden optar bien por utilizar un carácter que esté documentado en un texto antiguo o bien crear uno nuevo, basándose en indicios fónicos: de cualquier forma, la redacción en dialectos es excepcional, por lo que es difícil establecer un patrón.

martes, 21 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 8


Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 8. ¿Se puede ser analfabeto en China?


A diferencia de lo que ocurría con, por ejemplo, los jeroglíficos egipcios, la escritura china no ha sido nunca sagrada, ni ha estado reservada a una selecta porción de la población (lo único que se acercaría esta noción de “escritura reservada” sería el uso del estilo clásico por parte de los letrados). Los controles del estado sobre lo que se transmite por escrito es innegable, pero la difusión de lo escrito siempre ha estado presente.

Hay que tener en cuenta también que la noción de analfabetismo implica no significa no conocer las letras, sino no ser capaz de leer. Sin embargo, en cuanto un chino conoce un carácter ya es capaz de leerlo: esto no significa que sea capaz de leer, sino que el analfabetismo no es total. Esta es una diferencia con respecto a las lenguas alfabéticas, que implican un cierto “todo o nada”. En cualquier caso, para poder leer se considera que es necesario unos 1.500 caracteres.

Uno de los tópicos más extendidos es que en Asia se ha dado mucha más importancia a la transmisión de lo escrito, frente a la transmisión de lo oral en Europa. No se puede negar que en China no ha existido equivalente a la función del ágora o del teatro, y que desde el principio se transmitieron por escrito procedimientos judiciales y documentos administrativos y judiciales. Sin embargo, nada de esto implica que la oralidad haya tenido una importancia secundaria en China: los Libros de las Odas, en los que diplomáticos transmiten en forma de verso su mensaje, son prueba de ello. En la actualidad, donde oral y escrito se funden en los medios de comunicación (televisión con subtítulos, por ejemplo), esta afirmación tampoco resulta verídica. En conclusión, este tópico sobre oralidad versus escritura responde a una visión demasiado esquemática de la escritura china.

domingo, 19 de abril de 2015

La escritura china: el desafío de la modernidad. Capítulo 7


Resumen de Alleton, Viviane (2008). La escritura china: el desafío de la modernidad

Capítulo 7. Palabras y técnicas llegadas de fuera


Con la llegada de la época moderna, la entrada de nuevas técnicas en China ha requerido la creación de nuevo léxico. Si la palabra se ha prestado fácilmente a la traducción, es esta la que ha prevalecido; en el caso de que no fuera posible, se opta por la transcripción fonética, utilizando caracteres vacíos de significado, únicamente por su pronunciación.

La elección de uno u otro sistema es objeto de controversia: los partidarios de la traducción esgrimen como argumento que el sistema fonético del chino (apenas 400 y pico sílabas) es demasiado limitado para admitir una transcripción eficiente. Además, y a pesar de los esfuerzos realizados para unificar criterios, cada traductor suele optar por un carácter diferente para la transcripción de determinado sonido, lo que puede generar confusión entre los receptores de los textos. Esto es especialmente grave en el caso de transcripción de nombres propios extranjeros: por poner un ejemplo, el nombre de Mendeliev (creador de la tabla periódica de los elementos químicos) está registrado hasta con veintiocho transcripciones diferentes.

Una opción sería la de realizar un silabario, una especie de “catálogo de caracteres frecuentes”, a los que se añadiría la pieza “口” para indicar que se trata de un carácter fonético, o un catálogo de sílabas con su carácter correspondiente, para unificar el sistema. Aunque ha habido tímidas iniciativas, ninguna de las propuestas ha sido puesta en marcha de forma activa.

De cualquier forma, la tendencia actual, recogida por el 现代汉语词典, diccionario de valor normativo, es la de traducir, para limitar y evitar los calcos fónicos, aún en el caso de palabras creadas por transcripción (维他命 por 维生素).

La opción de crear nuevos caracteres para la importación de estos nuevos conceptos no se ha puesto en práctica por chocar de frente con el rechazo del Estado. Esto, además de a criterios políticos (búsqueda de unidad por parte del Estado), obedece a cuestiones prácticas: el chino cuenta con 40.000 puntos de código en el sistema Unicode, para su uso internacional; crear nuevos caracteres que no contaran con Unicode limitaría su uso, ya que no podrían aparecer en soporte informático. Únicamente en el ámbito de la química se ha permitido la creación de nuevos caracteres.