sábado, 20 de diciembre de 2014

Programando un curso: preguntas básicas antes de empezar

Algunas preguntas útiles antes de empezar a preparar un curso de lengua, sea la que sea:

  • ¿Para qué van a hacer mis alumnos este curso?
  • ¿Qué competencias quiero trabajar?
  • ¿Qué destrezas van a utilizarse más en las clases?
  • ¿Cuál es el perfil de mis alumnos? ¿Qué van a necesitar?


En cualquier clase de idioma, el perfil del alumno es básico para diseñar las programaciones. En el caso del chino, que tiene la dificultad añadida de los caracteres, de sonidos que no existen en castellano ni en otras lenguas extranjeras que se puedan haber estudiado en España, de una gramática completamente alejada de la nuestra y de un vocabulario con una cantidad de cuasi sinónimos que da vértigo, la cuestión es aún más importante.
El perfil de los alumnos, además, va a ser muy variado: niños, adolescentes, padres adoptantes de todas las edades, empresarios... Ya no se trata únicamente de cuestiones como la edad, que obviamente es un radical determinante, o de los intereses personales que se persigan con el curso (no va a tener la misma prisa por aprender un empresario que va el próximo mes a China que un alumno universitario), sino que nuestros alumnos van a llegar con un bagaje previo muy diverso. Este bagaje previo me va a delimitar los recursos que voy a necesitar dentro del aula: no será lo mismo explicar estructuras gramaticales a un universitario que estudie filología o traductores que a un padre adoptante que se dedique a la enseñanza de matemáticas.
En cierto sentido, esta focalización en las necesidades específicas del alumno me ha hecho pensar que más que un curso de lengua general parece que estemos programando para un curso para fines específicos. Quizá podrían importarse algunos de los recursos típicos de estos cursos para detectar necesidades antes de empezar. Recursos:

  • Cuestionarios de necesidades de comunicación y de aprendizaje. Esto nos ayudará a conocer el perfil biográficos de los alumnos, los intereses, las expectativas que traen y lo que necesitan. También las preferencias de aprendizaje. Esto nos puede ayudar a delimitar las actividades de lengua que se pueden hacer y los contextos comunicativos reales que se pueden trabajar en clase, así como el tipo de metodología de enseñanza que prefieren.
  • Encuesta de negociación de los objetivos y planes del curso, para consensuar entre todos los objetivos con los que desarrollar la programación (contenidos, actividades, metodología, temas...). 
  • De manera menos técnica, en función de las edades, se pueden también hacer ejercicios de presentación en clase el primer día de los que pueda tomar nota de las preferencias y gustos de los alumnos. No cuesta nada tratar un tema en lugar de otro dentro de los contextos temáticos, si hay un alumno al que cierta cuestión interesa especialmente se puede meter (motivación extra). 
Casa típica, barrio de Ciqikou (Chongqing).
Foto: autora del blog

En conclusión, probablemente sea mejor idea conocer primero a nuestros alumnos y luego lanzarse a programar, en función tanto de las necesidades como del perfil que detectemos. La negociación de objetivos y planes me parece especialmente importante, no sólo porque didácticamente implique más a los alumnos en su proceso de aprendizaje, sino porque, siendo prácticos y realistas, así queda claro para todas las partes dónde empezamos y dónde queremos terminar, y podemos evitar malentendidos.

Queda pendiente una elaboración de un cuestionario y una encuesta para futuras entradas.



(Para la redacción de esta entrada, este documento y este otro documento de aquí me han servido de ayuda. Hablan sobre español con fines específicos, pero las ideas son extrapolables).

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