lunes, 7 de diciembre de 2015

La cuestión de los dictados. Dinámicas para repasar con dictados (I)

Soy muy fan de los dictados (bien planteados, matizo), porque son una herramienta muy buena para ayudar al alumno a unir grafía-sonido. Me gusta usarlos como herramienta de aprendizaje, no para evaluar, por lo que el año pasado lo que hacía en clase era que los dictados no me los llevaba nunca a casa para corregirlos, sino que los corregían en clase entre compañeros. En la evaluación de actividades de clase este punto no terminó de convencer a algunos alumnos, que se quejaban de que si la pronunciación del compañero no era buena, revisar los errores entre ellos no servía para nada. Como la queja fue muy puntual, este año intenté mantener los dictados como herramienta de aprendizaje y no de evaluación, pero no he conseguido que funcione: si no me llevo los dictados a casa, los alumnos no sienten presión y no preparan el vocabulario, con lo que el dictado acaba por no servir para gran cosa; si me los llevo, siento que estoy desvirtuando la actividad, convirtiéndola en un elemento de presión. Sin embargo, en los tres niveles en los que imparto clase prefieren este último uso (afirmaron, de hecho, que con la presión del examen de dictado estudian más), así que así se ha quedado. Intento, de vez en cuando, meter algo diferente, aunque todavía estoy aprendiendo a regular esta cuestión.
Dejo por aquí las dinámicas de dictado que he ido utilizando hasta ahora, junto con alguna reflexión.  Aclaro que, antes de hacer el dictado propiamente dicho, siempre hacemos un repaso rápido en voz alta o con las flashcards en Quizlet.

Dinámicas de dictado para repasar

  1. Dictado tradicional con correcciones del compañero. En primer lugar, hago yo el dictado de vocabulario del texto. Luego, corrigen ellos su dictado y, cuando han terminado, lo pasan a un compañero, que les vuelve a dictar las palabras en las que se han equivocado.
  2. Dictado personalizado de palabras difíciles. Anotan en primer lugar las cinco-diez palabras que más trabajo les ha costado aprenderse del tema. Las pasan a un compañero, y estas son las palabras que éste les tiene que dictar. Hemos hecho alguna vez esto mismo pero, en lugar de con palabras, con un fragmento del texto que les resultara difícil.
    Estos dos fueron los tipos de dictado que no terminaron de convencer a algunos alumnos y que he mencionado más arriba. Era un elemento con el que yo ya contaba, pero me pareció que las ventajas de este tipo de dictados superaban a los inconvenientes. Como las quejas fueron muy puntuales (apenas 2 alumnos de un total de 60 aproximadamente), entiendo que pueden seguir usándose.
  3. Dictado en texto con huecos. Reparto un fragmento del texto del que he sacado algunas palabras del tema. Leo el texto en voz alta, sin dictar, a velocidad adecuada para ellos, y tienen que anotar las palabras que van en los huecos. En los niveles iniciales les cuesta algo más de esfuerzo y quizá haya que leer cuatro o cinco veces, pero al final consiguen sacarlo. Esta dinámica, además, para mí tiene la ventaja de que les fuerzo así a leer el texto o un fragmento del mismo una vez más sin que se den cuenta casi.
  4. Dictados en la pizarra con carreras. Organizo a la clase en dos grupos. Dicto una palabra en voz alta y, por turnos dentro de su propio grupo, deben correr a la pizarra y anotar el carácter que han oído. Gana un punto para su grupo el que acabe antes de escribir el carácter correctamente. Pensaba que, como dinámica, iba a ser un poco infantil, pero me ha funcionado en los dos grupos en los que la he puesto en marcha. Despierta un instito de competividad impresionante en los alumnos. Además, y esto no me lo esperaba, los que están sentados en las sillas gritan como descosidos describiendo los caracteres "¡El radical de agua, no el de hielo! ¡Arriba el trazo es para la izquierda, no para la derecha!". Así que además de dictado, sin darse cuenta, están también practicando con los componentes de los caracteres.
  5. "Examen" de vocabulario personalizado. Lo que sigue no es exactamente un dictado, pero lo enmarco en esta categoría porque lo intenté utilizar como alternativa lúdica al dictado para hacer un repaso. Digo en voz alta una categoría (pinyin, caracteres, significado). Los alumnos tienen tres segundos para buscar en el glosario del libro una palabra y anotarla en su papel, pasado este tiempo tienen que pasarlo a un compañero. Yo menciono otra categoría, escriben, lo pasan a un compañero. Así hasta que cada alumno tiene un papel donde hay anotadas diez cosas diferentes, anotadas por diez alumnos diferentes también. Tienen tres minutos para completar la información que falta: donde haya caracteres, tienen que anotar pinyin y significado; donde haya significado, pinyin y caracteres; y donde haya pinyin, caracteres y significado. La única vez que intenté hacer esto no salió del todo bien: los alumnos lo pasaron muy bien con el movimiento de papeles y rellenando su plantilla, pero después de la actividad hice un dictado en toda regla, que me llevé para puntuar, y fue un auténtico desastre, incluso en aquellos que habían salido contentos porque habían sido capaces de rellenar casi toda su plantilla. No sé si el problema fue que no venían del todo bien preparados o si que la dinámica no sirvió para repasar (¿demasiado lúdica?). No he vuelto a intentar ponerla en marcha. 

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